Montevideo.- El controvertido telepredicador brasileño Edir Macedo, multimillonario líder de la Iglesia Universal, ha inaugurado en la ciudad de Montevideo un templo monumental para tres mil personas que ha costado 15 millones de dólares.
Según la revista Forbes, el líder religioso cuenta con una fortuna de US$ 1,1 billones de dólares; ha sido acusado y detenido por fraude, lavado de dinero y desviaciones de dinero de la caridad, pero nunca fue condenado, según publica Prensa Latina.
Pasadas las 2 de la madrugada de ayer, a través del programa televisivo de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) se anticipaba que la "Catedral de la Fe" estaría de bote a bote durante la ceremonia de apertura. Los llamados que atendió al aire el pastor fueron todos de alegría y expectativa. Los feligreses anticipaban que saldrían desde distintos puntos del país -incluso en horas de la madrugada y concentrándose en las iglesias- para estar a las 10 de la mañana, a pies juntillas, en la inauguración del megatemplo de "Pare de Sufrir", ubicado en 18 de Julio y Pablo de María, cuya construcción costó unos US$ 15 millones.
Según la revista Forbes, el líder religioso cuenta con una fortuna de US$ 1,1 billones de dólares; ha sido acusado y detenido por fraude, lavado de dinero y desviaciones de dinero de la caridad, pero nunca fue condenado, según publica Prensa Latina.
Pasadas las 2 de la madrugada de ayer, a través del programa televisivo de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) se anticipaba que la "Catedral de la Fe" estaría de bote a bote durante la ceremonia de apertura. Los llamados que atendió al aire el pastor fueron todos de alegría y expectativa. Los feligreses anticipaban que saldrían desde distintos puntos del país -incluso en horas de la madrugada y concentrándose en las iglesias- para estar a las 10 de la mañana, a pies juntillas, en la inauguración del megatemplo de "Pare de Sufrir", ubicado en 18 de Julio y Pablo de María, cuya construcción costó unos US$ 15 millones.
Pocas horas después se confirmarían las expectativas. A las 10 de la mañana ya no se permitía ingresar por la puerta principal, sobre la avenida 18 de Julio, que había sido cortada al tránsito por la Intendencia.
Jóvenes con chalecos fluorescentes guiaban a los visitantes a un improvisado salón que se montó en el estacionamiento del templo, que atraviesa toda la manzana, con entrada por la calle Colonia. Allí, unas 700 personas siguieron la ceremonia a través de tres proyecciones sobre la pared. En el salón principal, había unas 3.000 sentadas y otras 1.000 de pie, atiborrando los corredores.
Centenares de personas -literalmente- estaban afectadas a la organización, contando a los jóvenes con chalecos fluorescentes y a un conjunto de hombres y mujeres vestidos con impecables trajes oscuros.
Estos últimos no dejaron ni un minuto de recorrer los salones, escrutando fila por fila como si buscaran algo, mientras los fieles rezaban, aplaudían, levantaban sus manos, estrujaban una Biblia, musitaban el sermón que improvisaba el pastor, se tomaban la cabeza, cantaban y bailaban, en algunos casos hasta llegar a la descompensación.
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